El estrés es una parte natural de la vida, pero cuando se vuelve excesivo, puede afectar la salud mental y emocional. El estrés a corto plazo, como el estrés de los exámenes, puede hacer que una persona se sienta ansiosa, abrumada y frustrada. El estrés a largo plazo, como el estrés crónico, puede llevar a la depresión, la ansiedad, el insomnio y una variedad de otros trastornos mentales.
Ansiedad: El estrés prolongado puede contribuir a los síntomas de ansiedad, como la preocupación excesiva, los pensamientos negativos y el miedo a situaciones sociales. La ansiedad también puede provocar síntomas físicos, como dificultad para respirar, mareos, taquicardia, sudoración y dolor de estómago.
Depresión: El estrés crónico puede desencadenar la depresión, un trastorno mental que se caracteriza por sentimientos de tristeza profunda, desesperanza y pérdida de interés en las actividades cotidianas. La depresión también puede aumentar el riesgo de problemas de salud, como el abuso de drogas y el suicidio.
Estrés postraumático: El estrés postraumático (TEPT) es un trastorno mental causado por el estrés agudo, como el sufrido por una experiencia traumática, como un accidente o una agresión. Los síntomas del TEPT pueden incluir pesadillas, flashbacks, ansiedad y depresión.
El estrés excesivo puede afectar la salud mental de manera significativa. Los trastornos mentales relacionados con el estrés pueden ser tratados con terapia, medicamentos o una combinación de ambos. Es importante hablar con un profesional de la salud si se siente abrumado por el estrés.