En el mundo de la tecnología, el DNS (Domain Name System) es un sistema que se encarga de traducir los nombres de dominio en direcciones IP. Esto significa que cada vez que ingresamos una dirección web, el DNS se encarga de traducir el nombre de dominio a una dirección IP para que el equipo conozca a qué lugar debe conectarse. Por lo tanto, para que una computadora esté conectada con la red, es necesario que sepa el DNS que está usando.
En Windows, el DNS se configura desde la ventana de Propiedades de la red. Para abrirla, hay que ir a Inicio, Panel de control, Redes e Internet, Centro de redes y recursos compartidos y luego hacer clic en el botón Cambiar configuración del adaptador. Una vez allí, hay que buscar la conexión de red a la que estamos conectados y hacer clic en Propiedades.
En la ventana que se abre, hay que buscar la pestaña que dice Protocolo de Internet versión 4 (TCP/IPv4) y hacer clic en Propiedades. Ahí, hay que buscar la opción Usar la siguiente dirección de servidor DNS y allí encontraremos la dirección del servidor DNS. Si no está establecida, hay que colocarla manualmente.
En Mac OS X, el proceso es similar. Hay que ir a Preferencias del sistema, luego a Red, seleccionar la conexión de red activa y hacer clic en Avanzado. En la ventana que se abre, hay que buscar la pestaña DNS y allí aparecerá la dirección del servidor DNS. Si no está establecida, hay que agregarla manualmente.
En Linux, el proceso es algo diferente. Hay que abrir una ventana de terminal y ejecutar el comando sudo nano /etc/resolv.conf. Esto nos mostrará la dirección del servidor DNS. Si no está establecida, hay que agregarla manualmente al archivo de configuración.
Por lo tanto, para conocer el DNS de una red, hay que ir a la configuración de red y ver la dirección del servidor DNS. Esto depende del sistema operativo que se esté utilizando, pero el principio es el mismo.