La temperatura febril se define como una temperatura corporal superior a los 37 grados. El cuerpo, en condiciones normales, mantiene una temperatura estable de 36,5 a 37,5 grados. Por tanto, una temperatura de 37.5 grados se considera normal. Esto es así porque el cuerpo aumenta la temperatura para tratar de combatir una infección.
Un aumento de la temperatura corporal superior a los 37.5 grados se considera febril. Si la temperatura corporal es superior a 38 grados, la persona puede tener fiebre y debería ser evaluada por un médico. La fiebre es un síntoma de que el cuerpo está luchando contra una infección. Puede ser una señal de una infección bacteriana, viral o incluso una enfermedad autoinmune.
Por lo tanto, 37.5 grados no es una temperatura febril. Sin embargo, si la temperatura corporal de una persona aumenta rápidamente a 37.5 grados y permanece en ese nivel, esta persona debería consultar a un médico para descartar cualquier enfermedad subyacente. El médico puede recetar medicamentos para reducir la temperatura y tratar la enfermedad subyacente.
En conclusión, una temperatura corporal de 37.5 grados no se considera una temperatura febril. Sin embargo, si la temperatura aumenta y se mantiene en ese nivel, debe consultarse a un médico para descartar cualquier enfermedad subyacente.
La temperatura corporal normal de una persona varía de 36.5° a 37.5° centígrados, por lo que 37.6° es un poco más alta de lo normal. Si una persona presenta esta temperatura, es posible que esté enferma o tenga algún tipo de infección. Esto se conoce como fiebre, y es un síntoma común de varias enfermedades infecciosas. Sin embargo, no siempre significa que la persona esté gravemente enferma, ya que la fiebre puede ser un signo de una infección leve que se puede tratar con reposo y medicamentos.
En el caso de una temperatura de 37.6°, es importante consultar a un médico para descartar cualquier problema grave. El profesional podrá realizar una evaluación para determinar la causa de la fiebre y recetar el tratamiento adecuado. Si la temperatura es alta y se acompaña de otros síntomas como dolor de cabeza, dolor de garganta, escalofríos o vómitos, es importante acudir al médico lo antes posible.
Además de consultar al médico, existen formas de reducir la temperatura corporal para aliviar los síntomas. Esto incluye tomar baños templados o tomar líquidos para evitar la deshidratación. Algunas personas toman medicamentos para reducir la fiebre, aunque esto no siempre es necesario y debe consultarse con un médico.
En conclusión, tener 37.6° de temperatura corporal es una señal de que el cuerpo está luchando contra una infección. Es importante acudir al médico para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado para evitar complicaciones. Además, hay formas de reducir la temperatura corporal y aliviar los síntomas.
La temperatura corporal normal de una persona es de 36,5℃ a 37,5℃. Si la temperatura de una persona aumenta más allá de los límites normales, se considera que está sufriendo un episodio de fiebre. El punto de corte para considerar fiebre varía de acuerdo al método de medición utilizado. Por ejemplo, con un termómetro, el punto de corte se considera a partir de 37,5℃ y con un termómetro infrarrojo, a partir de 38℃.
Los métodos de medición de temperatura más comunes son el termómetro bajo la axila y el termómetro digital rectal. Esta última es la método más preciso para medir la temperatura de una persona, con un punto de corte de 37,5℃ para considerar fiebre. El termómetro bajo la axila tiene un punto de corte de 37,2℃, mientras que los termómetros infrarrojos tienen un punto de corte de 38℃.
Es importante tener en cuenta que el punto de corte para considerar fiebre puede variar de acuerdo al método de medición utilizado, así como de acuerdo a la edad, la condición física y la enfermedad que está sufriendo el paciente. Por lo tanto, es importante seguir las instrucciones del médico para determinar el punto de corte para considerar fiebre.
La fiebre es una respuesta normal del cuerpo al combate de infecciones. Se considera una temperatura normal entre 36.5°C y 37.5°C en el interior de la axila. Esta medición se conoce como umbral de fiebre en la axila, y cuando se supera se habla de fiebre. Esta temperatura es más baja que la temperatura que se toma por vía oral, que es entre 37.2°C y 37.5°C. Por otro lado, la temperatura obtenida mediante el uso de un termómetro digital en la axila es más precisa que la obtenida mediante el uso de un termómetro de mercurio.
La fiebre axilar es una forma segura y precisa de medir la temperatura en niños pequeños. Algunos bebés y niños pequeños no toleran los termómetros digitales en la boca. Por lo tanto, la toma de temperatura en la axila puede ser una mejor opción. Se recomienda verificar la temperatura axilar dos veces para asegurar la precisión de los resultados.
Para medir la fiebre en la axila, se debe colocar el termómetro en la axila de la persona de forma correcta. Una vez colocado, se debe dejar el termómetro en la axila durante al menos 3 minutos. Si hay alguna prenda de vestir, como una camiseta o un suéter, es importante retirarlos antes de tomar la temperatura. Después de eso, la temperatura se lee en el termómetro y evalúa si se encuentra por arriba o por debajo del umbral de fiebre en la axila.
Es importante señalar que el umbral de fiebre en la axila es una referencia solamente, y es necesario verificar con un médico si la temperatura corporal es motivo de preocupación. Si se detecta una temperatura elevada, es importante tomar otras medidas para bajarla, como tomar un baño de agua fría, beber líquidos adecuados, descansar y aplicar paños fríos en la frente.
Para prevenir la fiebre del Covid-19, el mejor consejo es seguir las recomendaciones de las autoridades de salud pública. Estas recomendaciones incluyen:
Además, las personas deben evitar reuniones masivas, limitar la cantidad de visitas a sus hogares y evitar salir de viaje, especialmente a zonas con alto riesgo de infección. Estas medidas simples pueden ayudar a prevenir el contagio de Covid-19.